Ver a un “artista” crear es una inspiración muy fuerte.
Visitar el taller de un pintor es maravilloso; recorrer el espacio, observar sus utensilios y herramientas, moverse entre sus obras, ver como las guarda, escuchar su música preferida, adentrarse por un rato en su universo de colores, manchas y líneas.
H O Y me abre las puertas de su estudio Bernardo Rodriguez, conocido y premiado pintor Mendocino, me muestra sus obras de diferentes tamaños y temáticas; me habla de su particular estilo y de su inevitable tendencia a jugar siempre, entre la figuración y la abstracción.
Sus cuadros concretan “ideas que se vuelven imágenes” a partir del puntillismo (uso de puntos) componiendo increíbles vistas aéreas que vuelven pájaro a cualquier atento observador.
La paleta expresionista se materializa, concreta, en las gruesas pinceladas: los rojos oscuros, los azules y los amarillos iluminan y dan brillo a las composiciones nocturnas, que parecen elevarnos por el aire tomando vuelo y marcando el período más abstracto de su pintura.
Otro capítulo merece la colección de retratos, actividad que desarrolló desde la época secundaria, cuando dibujaba a compañeros y profesores.
Hay varios en proceso de elaboración, entre ellos un autorretrato de gran tamaño. También están aquellos dedicados a personajes famosos: su preferido es el dedicado a Pablo Picasso, aunque también se enorgullece del retrato de Tita Merello, de quien tomó el gusto por la música …. en especial por el tango!
Sin duda la música ocupa en su vida un lugar de gran importancia, en el año 2003 editó y presentó el libro “Música para ver” una selección de sesenta dibujos inspirados en esa temática
Hoy siente que su obra tiene un carácter más social, pretendiendo invitar a la reflexión y mostrarse comprometida con la realidad que vivimos.
La forma, la materia y el contenido van de mano con un carácter propio, tan suyo como el uso de la arpillera, material rústico que le da a sus pinturas un estilo concreto y contundente.
Gracias Bernardo por dejarme espiar tus colores, texturas, música y sensaciones que rompen los límites físicos del cuadro, nos invitan a volar y nos hablan de tu identidad!